jueves, 6 de octubre de 2016

Cuando tus derechos tienen un precio. jose maria garzon abogado

Cuando tus derechos tienen un precio.

Cuando viene un cliente al despacho de José María Garzón para solicitar el reconocimiento de un derecho o el cumplimiento de un derecho ya reconocido, se inicia un expediente con el máximo interés porque es esa clase de expedientes por el que prácticamente todos los abogados decidimos estudiar la carrera de derecho. Todos, o casi todos, empezamos a estudiar inicialmente historia del derecho en la que te empiezas a introducir en los grandes esfuerzos que ha tenido la sociedad civil para que hubiera una legislación que reconociera derechos de todo tipo. Podemos ver que hay derechos civiles, derechos de los trabajadores, derechos de los menores, y así hasta un sinfín de derechos que ha conllevado a poder tener una amplia legislación española en cuanto a su reconocimiento. No pensemos que como ya están reconocidos y amparados por algún texto legal no han tenido que ser sumamente luchados, en el sentido figurado de la palabra, para que así sea. Por lo que esos derechos se deben tener en cuenta en la justa medida tanto de su contenido intrínseco como del esfuerzo que ha tenido que haber para su reconocimiento, que a diferencia de toda mi generación que nació con unos derechos reconocidos, nuestros hijos han nacido con unos diferentes, digamos que con mas derechos, y nuestros nietos nacerán con una mayor amplia gama de derechos ya reconocidos.

Siguiendo con ese expediente iniciado, lo primero que analizamos desde el despacho de José María Garzón, es el origen que ha impedido el ejercicio o el reconocimiento de dicho derecho. Ello dará un punto de partida a la hora de poder enfocar correctamente el expediente y que dará al Juez que le corresponda la oportuna visión del mismo. No se trata de mencionar que se ha vulnerado un derecho y queremos que se aplique, sino que recomendamos siempre ir más allá y conocer las causas para establecer esa estrategia procesal que dará lugar a una sentencia seguramente estimatoria. Porque no es lo mismo encontrarnos en una situación que no se aplica un derecho por imposibilidad material a una situación en la que se decide unilateralmente y sin justificación que no se debe o no se reconoce un tipo de derecho. Vemos que dicho matiz es sumamente importante a la hora de enfocar ese expediente. A modo de ejemplo, se entiende fácilmente que todo trabajador tiene derecho a cobrar por su trabajo, y si no cobra es muy diferente plantear una demanda porque la empresa no quiere pero si puede, pagar al trabajador, a que si la empresa está pasando una situación económica difícil.

En este punto, ya sabemos, o por lo menos intuimos desde el despacho de José María Garzón, el punto de partida y el punto final al que queremos llegar.  Sentado esto, solo faltaría iniciar una correcta demanda en la que consten todos los argumentos jurídicos, que no son más que plasmar en la demanda los derechos que queremos que se apliquen, y por otro lado habría que explicar de un modo pormenorizado los hechos que han llevado a tener esta situación.  Una vez iniciado el expediente judicial, no hay que explicar que casi con mucha habitualidad se dan situaciones que hasta llegar a juicio suceden varios meses, lo que dará lugar a muchos cambios en los hechos que fundamentaron la demanda y que hará estar pendiente constantemente de esa circunstancia, de modo que si ese derecho posteriormente es cumplido o ejercido, la demanda se deberá archivar por carencia sobrevenida del objeto del procedimiento, o si se sigue incumpliendo se tendrá que exponer la reiteración en el tiempo de la vulneración de sus derechos.

Pero llegados una vez a la sala donde se va a celebrar el juicio y en esos interminables tiempos de espera, surgen los momentos de casi seguras negociaciones. Negociaciones que casi siempre apuntan hacia el mismo lugar, el dinero. Y es en ese punto cuando todos los abogados y en mi propio nombre José María Garzón, nos desilusionamos. ¿Por qué tenemos que negociar sobre un derecho ya reconocido? Lo que habría que hacer es negociar sobre su cumplimiento, extremo que casi nunca se hace. Y en este punto es cuando la gente es muy escéptica y no se cree que ocurra esta situación. E informamos al cliente al inicio de su andadura judicial o extrajudicial que finalmente esta situación se dará. Y casi siempre pasa. Y durante su expediente oirá el comentario de sus amigos y familiares que le animarán a que ponga precio a sus derechos, sí, como lo oyen. Y querrán que no vayas a trabajar a un trabajo donde no te quieren a cambio de una pequeña o grande indemnización.  O querrán que no reclames dinero por las horas extras que realizas por miedo a que te despidan.  O querrán que no te acojas a la reducción de jornada por maternidad, porque te mirará mal la empresa. O que hagas todo lo que te diga la empresa porque si no te quitarán la gratificación voluntaria de tu nómina. Y al final te aconsejan que pongas precio a ese derecho del que te estás viendo privado.

Y desde el despacho de José María Garzón, aconsejamos lo contrario, aconsejamos a no poner precio a tus derechos por que son tus propios derechos. Que son tus derechos ya reconocidos por Ley y porque ha habido mucho esfuerzo y sacrificio por aquellas personas que lucharon para que tus derechos fueran reconocidos, y que poniendo precio a esos derechos, lo que se hace es despreciar al Estado de derecho y al esfuerzo de aquellas personas que lucharon por los mismos. Y si tu deseo es luchar por tus derechos te aseguro que estás en manos del despacho de abogados adecuado, del despacho de abogados de José María Garzón.  

Habrá muchos obstáculos en el camino, y mucha gente en contra de tu decisión, pero recuerda que tu lucha no es por conseguir el reconocimiento de un derecho, sino que tu lucha es porque se aplique ese derecho que otros consiguieron que se reconociera.

jose maria garzon abogado

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