sábado, 17 de septiembre de 2016

trapos sucios, platos rotos. jose maria garzon abogado


Con el tan de moda caso diana ker, vemos como de una noticia aterradora, se pasa a escarbar en el pasado de una familia para analizarla detenidamente en todo su pasado y concretamente en todos los pormenores del divorcio de sus progenitores. No digo que ello no deba ser una línea de investigación por parte de los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado, sino lo que parece que debe de revisarse es ese tipo de periodismo que solo quiere entrar en la vida oscura de una familia. Sin aparecer y sin saber nada de la búsqueda de la hija la investigación periodística se ha basado en intentar buscar culpables de un divorcio, de una educación, buscar los responsables de unas decisiones quizás equivocadas que han afectado a las hijas de un matrimonio. Cuando los clientes vienen a mi despacho buscando el asesoramiento criminológico de jose maria garzon, siempre se intenta analizar las causas o posibles causas de un crimen, de un delito, o de un comportamiento, pero creo que hay que tener un poco de mesura en la información periodística porque parece actualmente que estamos ya juzgando a los responsables de una muerte, cuando tendríamos que estar buscando el paradero de una desaparecida. Que el divorcio haya sido duro nadie lo pone en duda, que los padres hayan tenido dificultades en educar a sus hijas (como todos) nadie lo cuestiona, pero entrar en quien es mejor padre o mejor madre cuando teníamos que estar buscando el paradero de diana ker me parece lamentable. Claro que todo lo que se vaya investigando es trabajo adelantado, pero como criminólogo habría que tener prioridades en la investigación. Me gustaría que como espectador o como lector, encontrara alguna noticia en la que se pidiera colaboración en un determinado aspecto o línea de investigación, que se dieran noticias para intentar encontrar a diana, que pudiéramos entre todos tener noticias no sobre quien es mejor o peor padre.


Todo divorcio tiene unos trapos sucios y casi siempre, platos rotos. Los platos rotos suelen ser casi siempre los hijos. Estos que dependiendo de su edad van a ir aceptando y participando en un divorcio que nadie les pidió opinión al principio. Y luego todo ello tiene consecuencias, no digo que fatales, pero si digo que consecuencias. En cualquier divorcio y en cualquier Juzgado siempre se dice que lo primero por lo que hay que preocuparse son los hijos, pero en un divorcio se les dedica muy poco tiempo. 

No voy a hablar de lo que se hace en mi despacho, ni voy a comentar los protocolos de la firma de jose maria garzon abogado. Solo quiero reflexionar sobre las pequeñas víctimas de los divorcios cuando debían ser los príncipes de un proceso judicial. Quiero hablar lo que entre compañeros de profesión siempre se comenta que es que los hijos tendrían que acabar en un divorcio en una situación mejor que la que tenían cuando sus padres estaban conviviendo juntos. Nadie lo cuestiona pero no se hace nada. Si miras las estadísticas tampoco hay tantos casos graves como consecuencia de un divorcio pero si que es grave que haya que esperar a una tragedia para valorar la posición de un hijo en un divorcio. Es muy difícil ponerse en la piel de un niño que vive una convivencia no ideal con sus padres, y que luego estos se separan. Es mas difícil saber acertar en las decisiones que se toman como consecuencia de un divorcio. Pero lo que debe ser una premisa en todo proceso judicial de esta índole, es en buscar el mayor bienestar de un menor al cual se le ha privado de una vida “pacífica” con sus padres y que se les ha llevado a tener un amor repartido según el fin de semana que sea.


Todos los matrimonios tienen trapos sucios, y todos los divorcios platos rotos ... los hijos






jose maria garzon abogado








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